jueves, 1 de noviembre de 2007

Reflexión

Me encuentro en un espacio desconocido. Tan sólo puedo intuir la dirección de la salida, pero necesito encontrarla desesperadamente.
Me hago camino apartando todas esas palabras que revolotean a mi alrededor, que no comprendo, y que se niegan a unirse de tal forma que expresen algo con coherencia.
Un fuerte sonido hace que me congele.
Mi respiración rápida me delata; estaba corriendo, huyendo de algo. Pero, ¿de qué?
Miro a mi espalda. Las palabras se han fragmentado en miles de diminutos pedacitos. Palabras de cristal. ¿Quién hubiera imaginado que eran tan frágiles?
¿Y ahora? Estoy sola, el aire se encuentra desconcertantemente quieto. Desde aquí creo vislumbrar la salida. ¿Debería marcharme y olvidarlo todo? Quizá debería tratar de unir los pedacitos de palabras para descifrarlas...
No consigo aunar el coraje suficiente para moverme en ninguna dirección. Noto como de nuevo me invade la familiar sensación de frustración.
Hablo a las sombras que me rodean, les pregunto si conocen la respuesta a mi dilema, pero solo mi eco me responde.

3 comentarios:

Aletheia dijo...

Sé que sientes que no debes estar en el laberinto, sé que no hay ningún caballero que vaya a sacarte. Pero tranquila, afortunadamente tu eres tu propio caballero y estás dentro del laberinto por una razón, piénsalo, resuélvelo y sal de allí, sobre todo, para que no te suceda que hayas salido sin haberlo entendido.

Hwi Noore dijo...

Sé que sientes que no debes estar en el laberinto, sé que no hay ningún caballero que vaya a sacarte. Pero tranquila, afortunadamente tu eres tu propio caballero y estás dentro del laberinto por una razón, piénsalo, resuélvelo y sal de allí, sobre todo, para que no te suceda que hayas salido sin haberlo entendido.

Aletheia dijo...

Analizando las causas de porqué me encontraba en ese espacio, descubrí que ni era tan frustrante, ni estaba tan oscuro. Lo único que necesitaba era dejar que mis ojos se habituaran a la luz para verlo todo claro. Con paso seguro y tranquilo camino hacia la salida. Al llegar a ella contenplo por última vez todo ese caos que me tenía tan confundida y me parece diminuto y ridículo. Memorizo la entrada, por si volviera a encontrarme frente a ella, saber lo que me espera si decido cruzarla...