sábado, 15 de diciembre de 2007

La niebla

En mi camino se cruzó, bueno,
más bien lo invadió todo, sin que yo me diera cuenta.
Quizá no quise ver que no podía ver nada.
No podía ver los árboles que le daban sombra a mi soleado camino,
no podía ver las pisadas que me habían llevado hasta ese punto,
no podía ver que mi camino avanzaba, constante, hasta donde alcanzaba la vista.
Creí que no quedaba mucho por andar.
Creí que ya no podían quedar recobecos que no pudiera comprender,
se me olvidó que aún podía aprender...
Quizá recordé que lo quería olvidar.
Fruncí el ceño y dejé que me envolviera la densa niebla,
tan densa que no pude ver que estabas a mi lado,
no pude ver que me tendías la mano.
Si vuelve la niebla no dejaré que se lleve la luz que ilumina mi camino,
mi largo camino,
del cual no conoceré fin.

a Pati, Nano y Hele, por vuestra paciencia y comprensión, y por quererme aún cuando no lo merezco. Os quiero más de lo que las palabras pueden expresar. Gracias.

Leen